Somos todos celestes, todos más o menos nos conocemos, sabemos dónde conseguir a un conocido a la hora de hacer un trámite en una oficina pública. Pero todo lo que nos une y nos hace comunes como orientales, se termina a la hora de pedir empanadas. Existen tantas combinaciones de dos, tres o cuatro empanadas por persona , que es imposible hacer un pedido común. Y mucho menos si en la reunión hay más de cinco personas, ahí la cosa se pone más compleja.
Afortunadamente, lo que antes era un protocolo de orden y concentración para anotar y pedir por teléfono cada uno de los sabores que los comensales pedían, chequear que el número de empanadas sea el correcto y que nadie cambie un sabor porque del otro lado del teléfono nos contestaban “de ese sabor no me queda”, se ha convertido en algo más fácil desde nuestra App. Justamente resulta más organizado y agradable el ritual de ordenar los sabores con la simple pregunta “¿y vos qué sabores vas a pedirte?” a cualquiera de nuestros amigos.
Una vez salvada esa pequeña dificultad, comienza otro de los rituales más repetidos en la jornada de empanadas: repartir los sabores a quien corresponda. Ahí es cuando definitivamente se da un quiebre y hay mil maneras de resolver esta repartija, pero nuestro departamento de investigaciones quiso ir más allá para determinar cuántas personas se las arreglan rompiendo cada empanada que agarran (o mordiéndola en el más temerario de los casos) o bien quienes efectivamente se toman unos minutos para capitanear un estudio del “manual” de sabores que nos envía el restaurante para así detectar a simple ojo, cuál sabor corresponde a cual marca y por ende, designar a su legítimo dueño.
Es un momento de cuasi-tensión, en el que un grupo de amigos está muy ansioso por comer y no cualquiera puede ser designado para la importante tarea de repartir, esto debe abordarlo alguien con personalidad para que quienes rodean la mesa, no se atrevan a poner las manos encima de una empanada que luego no le va a corresponder.
Detectamos así que un alto porcentaje de uruguayos, controla el manual de empanadas a la hora de verificar los sabores, hablamos de un 79% de los encuestados.
Creemos que usted lector, debería desafiarse un poco más e intentar intuir por sus propios medios y sentidos qué sabor de empanada es el que a usted le corresponde, incluso, si las consecuencias de eso suponen que usted muerda una de un gusto que sinceramente no le gusta. Quizá le puede comenzar a gustar, quizá debería usted desafiarse, quizá ya es hora de que usted pruebe carne con pasas.